Y decirte, que mi mayor sueño eres tu.

Dicen, que amar es destruir, y ser amado es ser destruido, y eso es porque no saben que el verdadero amor no nos destruye, nos recompone. Ese amor que hace que todo lo demás parezca pequeño a su lado, y que ver a los coches pasar a toda velocidad de su mano te haga la más feliz. Porque, ¿sabes?, no hay nadie en el mundo que te quiera tanto como yo. Ni que sueñe todas las noches con despertarse todas las mañanas a tu lado y con llenarte la cara a besos y a cosquillas para hacerte reír, o que simplemente quiera mirarte sin parar, porque nunca me cansaría de hacerlo. Veo a mucha gente asomándose a los bordes de los rascacielos y hablando de vértigo, y yo, que al escucharlos pienso en que el único vértigo que he sentido en toda mi vida ha sido al columpiarme en tu sonrisa. Porque solo se soñar en cómo quiero que sea mi vida contigo. Quiero verte fumar en la ventana por las mañanas, y abrirte la cortina de la ducha desnuda para que te metas conmigo, y que pongamos nuestros nombres en el cristal cuando se empañe en invierno, mientras que me abrazas por la espalda. Y que paseemos por el parque alguna que otra mañana, y que me lleves a tomar un chocolate caliente mientras nos contamos nuestros sueños, y decirte, que mi mayor sueño eres tu.

Atrapada.

¿No os pasa, que tenéis miedo de que alguien que significa mucho en vuestra vida, ya sea una amistad, o un gran amor, se vaya de la noche a la mañana? yo si. Sabéis, no soy la típica chica que es popular por la cantidad de amigas/os que tiene, o porque sea guapa y tenga un cuerpo espectacular. Soy alguien corriente, alguien que le cuesta expresar lo que siente por miedo a que se vayan y olviden lo que eso significa para mi. Y, ¿sabéis? tampoco me importa no ser esa clase de chica, soy feliz siendo yo misma sin tener que preocuparme por caerle bien a todo el mundo o fingir ser alguien que no soy. Pero también a veces soy impulsiva y cometo errores, y temo algún día cometer uno que haga que la gente que quiero se aleje de mi, que ya no les importe nunca más. Pero, no se. Se supone que somos personas, y las personas cometen errores, las personas nos caemos y nos volvemos a levantar más veces. A todo esto quiero decir, ¿tendré ese miedo a cometer errores y a que se vayan. quizá porque en el fondo sé, que yo les daría oportunidades a pesar de que se equivoquen y ellos no lo harían así conmigo? no lo se. En esas ocasiones, me siento un poco atrapada y con la cabeza un poco como quien garabatea sin para en una hoja en blanco para expresar toda su ira.

Dije te quiero.

Lo más peligroso que he echo en mi vida ha sido decir que te quería, y ha merecido la pena. Arriesgarme a todo por tenerte, porque a pesar de todo lo malo que ha venido seguimos aquí. A veces, cuando nos peleamos, llegamos a ser demasiado cabezotas, pero lo bonito que es cuando nos reconciliamos no lo cambio por nada, no cambiaría ni una sola de nuestras peleas por estar mejor con otra persona que no seas tu. Por ti, dejo a un lado las hermosas ruinas de Roma por entrelazar las nuestras a base de susurros bajo las sábanas, y llevar tu perfume favorito. Quiero tu cuerpo sobre el mío, cada una de las noches de lunes a domingo y por las mañanas una taza de café en nuestra cocina, preguntarte si prefieres tostadas o croissants y que después me des una palmada en el culo. Aprovechar los sábados bebiendo champagne y bailando earned it de the weeknd, no he escuchado canción más perfecta que esa para nosotros. No quiero pasar las noches imaginándote a mi lado si puedo tenerte a las tres de la mañana librando los dos un campo de batalla para ver quién de los dos quiere más al otro. Siempre había odiado la lluvía, y desde aquél octubre que apareciste en mi vida, las mañanas a tu lado son demasiado bonitas con ella fondo, haces que todo tenga sentido, le das sentido a todo. Y los semáforos en rojo, en mi vida había odiado tanto esperar, sin embargo, contigo son la excusa perfecta para comernos a besos y que me digas cosas al oído, para que la espera merezca la pena. Y llegaste, cuando todo el dolor que había dentro me consumía. me desgastaba y no era yo. Tu aliviaste el dolor que sentía, tu me hiciste apreciar el arte de correr el rojo de mis labios mientras te corrías conmigo, creaste arte por mi cuerpo. Y ahora, ven, cállate, callame con besos, con versos, pasando tu mano por mi cuerpo hasta que ningún rincón se quede sin el sello de ti. Y después de todo, decir te quiero no ha sido tan malo, porque te quiero de una manera que consume todos mis demonios, y mirarte significa no querer volver a mirar a nadie más.

Pensamientos de un jueves por la tarde.

Y al final, todo termino resumiendolo en que te quiero, y en que nada de lo que digas podrá cambiar lo que siento. Que no me importa si nos peleamos y tu prefieres pasarte el día sin saber de mi esperando a que yo de el paso, aunque odio ese orgullo tuyo, que hace que en ocasiones nos distanciemos. Tampoco me importa quedarme mirando nuestras fotos pensando en lo que podría perder si te pierdo, porque en el fondo se que eso no va a pasar nunca. Se, que me quieres tanto como yo te quiero a ti, y que no estoy loca por pensarlo ni sentirlo, si, te quiero y eso es lo único que me importa. Solo quiero que vengas corriendo a por mi cuando escuches ese mensaje que te dejo en el buzón diciendo que te echo de menos, que un día es demasiado para estar sin ti, y que no me importa si tenemos o no el record del mundo en querernos, nadie puede calcular algo tan grande como lo nuestro. Esperarte en nuestra esquina de siempre, mirando a cada lado esperando verte venir hacia mi y sonreír, tímidamente, esa costumbre nunca se ira por mucho tiempo que pase. Que te pares en un semáforo en rojo y darnos un beso hasta que se ponga verde y los demás coches piten para que aceleremos, sin hacerles caso. Porque por ti me saltaría cualquier regla, no me importa que es lo que nos depare el destino si tu estas conmigo para afrontar todo lo que venga. Recuerda: juntos, siempre juntos. 

Amor loco, amor prohibido.

Lo nuestro era un amor loco, de esos tipo montaña rusa con más bajones que subidas, pero y qué, eso era lo mejor de todo. Cuando nos peleábamos y después íbamos el uno en busca del otro para hacer que lo demás se quedara en nada. Y nos metíamos en la cama, me buscabas, te buscaba, buscábamos fundir nuestras pieles en una después de cada distancia entre nosotros. Me pedías que me quedará, que nunca me fuera, y yo te respondía que nunca me iría, que siempre estaría buscando la forma de perderme entre tus brazos. Me pongo a ver mi serie favorita, y cada vez que salen Damon y Elena pienso en lo bonita que es su historia, en lo que el amor de él hacía ella puede hacer cambiar de cierta forma a alguien, en todo lo que es capaz de hacer para salvarla, en que se conocieron mucho antes de lo que ella aún no recuerda, y que él adivino lo que ella buscaba en una relación, y era justo lo que él podía darle. Pero ella se niega a reconocer que puede llegar a atraerle si quiera porque sería como reconocer algo que no debe. Pero, ¿a caso el amor tiene que ser algo perfecto? ¿a caso hay una pauta que debamos seguir si alguien consigue entrar en el que tenemos a la izquierda y consigue hacerlo sentir vivo? como al final termina pasandole a Elena con Damon. Yo también llegue a pensar que no serías bueno para mi, que algún día te irías y dejarías mis pedazos esparcidos y yo sería incapaz de reconstruirlos. Pero contigo he aprendido, que el verdadero amor no nos destruye, nos recompone de cualquier cosa, incluso el que pensábamos que no sería nunca para nosotros. Y tu me has echo sentir viva, me has echo ver que las peleas tienen su parte buena, que a cabezotas a veces no nos gana nadie, y que tu eres el camino que quiero seguir.

Just breathe.

le dijo en multitud de ocasiones que nunca se iría, que nunca la dejaría sola y que cuidaría siempre de ella. y allí estaba, alejándose de ella y rompiendo las promesas que le hizo, dejándola rota en mil pedazos como un cristal inservible que no se puede arreglar. la dejo sin saber que ya nunca encontraría un lugar en el que se sintiera como cuando estaba en sus brazos y le decía que siempre la iba a querer. y ya sabéis lo que dicen: no se puede arreglar algo que esta tan roto. y tampoco iba a encontrar a ese alguien que le diera sentido a la frase de 'un clavo saca otro clavo' porque eso para ella solo era una rima. solo tendría un clavo en su vida y jamás lograría sacarlo.

Miedo al olvido (o que me olvides).

10:30 de la mañana, escribiendo en mi libreta.

Tengo miedo a que me olvides, aunque no se si ya lo habrás echo. ¿Sabes por qué me gustan los inviernos? Antes, el frío era el único que calaba mis huesos, ahora son tus recodos los que hacen de mi apoyo. Y tus manos, entre ellas me siento más segura, como nunca lo había estado antes. Me gusta levantarme y verte en mi cocina preparando el desayuno, con esos calzoncillos que llevan el elástico ensanchado y que no hay manera de que los tires porque son tus favoritos. Y entre mis favoritos estas tu, y esa taza de café en invierno, y que me estrujes entre tus brazos los domingos por la mañana y sienta que son menos malos. Dicen que hay que saber elegir con quién complicarse la vida, y para mi complicado es no verte, no estar a tu lado. Complicado es pensar que un día me voy a levantar y no vas a estar al otro lado de la cama para destaparme cuando te levantes al ir a la cocina. Entre mis costillas hay un suspiro de aire que sale cada vez que te marchas, y vuelve a su sitio al verte. Me da miedo tu indiferencia, el sentirte lejos aunque estés cerca. Complicado sería besarte sin pensar en un segundo que mi vida la quiero a tu lado.

Cuatro paredes y un puñado de recuerdos.

y ahora solo me quedan estas cuatro paredes y puñado de recuerdos. la angustia de recordar lo que un día fue y que ya no va a volver a ser. ya no va a tener sentido preparar café para los dos y encender ese cigarrillo en la ventana mientras me cuentas bobadas que me hacen reír. mi rojo carmín carecerá de sentido si después no va a terminar desapareciendo por el rastro de tus besos. mi colonia y ese vestido que tanto te gusta no voy a volver a usarlos porque tu no vas a estar ahí para decirme lo guapa que estoy y que el olor que más te gusta es el de mi piel después de toda la noche conmigo.

Ya nada tiene sentido.

Duele saber, que la persona a la que más quieres puede ser feliz sin ti mientras que tu te romperías en mil pedazos si se fuera. Han dejado de tener sentido los inviernos, ahora son más fríos y los domingos no tienen sentido. Son tristes. Como yo sin ti. Ya no van a volver esos momentos en los que pasear por tu cuerpo era por lo que vivía y me hacía temblar cada noche. Esa línea, de un extremo a otro de tu cadera ya no voy a ser yo quien la delinee. Y van a ser como cuchillos clavándose lentamente el día que sepa que otra lo hace, que ya no soy yo la que te produce los insomnios. Porque ahora soy yo, la que por las noches en vela piensa en todo lo que se ha ido a la mierda, en como todo era al principio y tu lo has destruido. Dime, ¿qué sentido tiene ahora cruzar los semáforos en rojo y mirar atardeceres si no es contigo?. Dime, ¿como coño eres capaz de seguir tan fácil sin mi?. Mientras yo me quedo aquí, viendo como todas las personas para mi se reducen a una sola, que cualquiera de ellas sigue con su vida y la mía se desmorona.

Al amor lo conocí a la vez que a ti.

Levantarme a tu lado le daba sentido de repente a todo lo que no lo tenía. Me decías que me veía más bonita con mi camiseta de estar por casa y mi moño de siempre, casual, que maquillada y con tacones, y eso hacía que sonriera como nunca. Solo tu eras capaz de decirme eso, de quererme en las peores condiciones, recién levantada y sin arreglar. Porque, no me arrepiento de quererte, de sentir esto que siento, porque los mejores momentos sin duda me los has dado tu. Por las noches, meterme en la cama totalmente helada y acurrucarme en tus brazos, que no hay nada mejor que eso. Querernos. Echarnos de menos en todo momento, cuando me dejas en casa y te vas, ahí ya te echo de menos, porque te vas pero dejas un pedacito de ti conmigo. Las sábanas con tu olor, me acurruco entre ellas solo para sentirte conmigo. Porque aunque te fueras a Pekín, o a cualquier lugar del mundo no me importaría, los kilómetros no me valen contigo porque siempre te siento cerca. En cada rincón de la habitación hay recuerdos de nosotros, de cada sonrisa, cada llanto de todas aquellas cosquillas que me hacías hasta que reventaba de la risa, cada llanto de cuando nos peleábamos, pero que después acababa arreglándose con un abrazo que me hacía un poquito más tuya. Cada lugar, todo, todo lo quiero contigo. Ir al parque, agarrados de la mano, porque los atardeceres son algo más bonitos a tu lado, más especiales, y las mañanas de domingo son mucho mejor contigo y con una taza de café. Ir a por un helado y hacer el tonto mientras nos lo comemos, que me untes la nariz de chocolate y después me lo quites a besos. Porque lo único que quiero que borres de mi sea ese rojo carmín que llevo siempre. Porque te juro, juro, que no hay nada más bonito que sentir como tus manos hacen arte por mi cuerpo, hablarnos en verso, besarnos con mirarnos. Y mi cama ya no sería mi lugar preferido si no estás tu en ella por las noches, y lo quiero siempre. Que sueño con que soñemos juntos en la misma cama los 365 días del año. Que tus ojos, para mi son la octava maravilla del mundo, que puedo prometer que la caída de las torres gemelas no era nada comparado con mirar tus ojos y sentir ese bendito caos por dentro. Quiero apostar todo por lo nuestro, porque se que voy a ganar, vamos a ganar. Y soy capaz de poner mi vida entre tus manos, porque se que no habrá nada más seguro para vivir que entre tus brazos. Porque eso que llaman amor lo conocí a la vez que a ti, en el momento que apareciste por esa calle con esa sonrisa que cualquiera podría haberse vuelto loco por ella y que ahora solo es para mi. En ti no vi imperfecciones, tus imperfecciones para mi eran lo más perfecto que había visto, odiaba las mías, pero las tuyas las amaba. Amaba cada parte de ti, cualquier rincón de tu piel era un lugar en el que ir a morir cada noche y no querer despertarse jamás.