domingo, 5 de abril de 2015

Ya nada tiene sentido.

Duele saber, que la persona a la que más quieres puede ser feliz sin ti mientras que tu te romperías en mil pedazos si se fuera. Han dejado de tener sentido los inviernos, ahora son más fríos y los domingos no tienen sentido. Son tristes. Como yo sin ti. Ya no van a volver esos momentos en los que pasear por tu cuerpo era por lo que vivía y me hacía temblar cada noche. Esa línea, de un extremo a otro de tu cadera ya no voy a ser yo quien la delinee. Y van a ser como cuchillos clavándose lentamente el día que sepa que otra lo hace, que ya no soy yo la que te produce los insomnios. Porque ahora soy yo, la que por las noches en vela piensa en todo lo que se ha ido a la mierda, en como todo era al principio y tu lo has destruido. Dime, ¿qué sentido tiene ahora cruzar los semáforos en rojo y mirar atardeceres si no es contigo?. Dime, ¿como coño eres capaz de seguir tan fácil sin mi?. Mientras yo me quedo aquí, viendo como todas las personas para mi se reducen a una sola, que cualquiera de ellas sigue con su vida y la mía se desmorona.

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