se acerca a mi y me agarra de la cintura. primero me da un beso suave, y luego uno más fuerte, más apasionado, largo. está claro que entre nosotros a parte de amor, hay mucha química, mucha pasión. él saca de mi la diosa que llevo dentro.
-eres tan bonita, tan dulce, tan... sensual.
gimo.
él se percata de que sus palabras causan un gran efecto en mi, y comienza a besarme el cuello. deseo que siga, que no se detenga. necesito de él. muy cerca de mi.
-quiero seguir besándote.
+yo también quiero que sigas.
me muerdo el labio.
sus ojos se llenan de ganas, de deseo, y termina por quitarme la camisa.
de repente me coge en peso y me tumba en la cama, me quita los pantalones y me venda los ojos. no puedo ver nada, y eso me gusta. me excita.
pone las manos en mis senos y los toca dulcemente, casi como si fueran seda.
-me encanta tu cuerpo, cada centímetro de el es tan perfecto..
+por favor, tócame.
su respiración se agita al oírme decir eso. me desabrocha el sujetador, y comienza a besar mis senos. creo que voy a estallar.
antes de seguir repite el mismo proceso, de abajo arriba, pasando por mi sexo.
oigo como desabrocha su pantalón, y entonces siento como mi cuerpo se funde con el suyo. solo él y yo, yo y él.
terminamos y estallamos en múltiples gemidos.
se coloca a mi lado, y me besa la mejilla.
-estas colorada.
+del cansancio, hemos gastado mucha energía.
ríe.
-anda dame un beso, me encanta cuando te sonrojas. pareces tan frágil, tan, niña.
+no lo soy, soy toda una mujer.
-tu lo has dicho. eres toda una mujer, la mujer perfecta para mi.
y entonces, me da un largo beso.
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